La accesibilidad es el grado en el que todas las personas pueden utilizar un objeto, visitar un lugar o acceder a un servicio, independientemente de sus capacidades técnicas, cognitivas o físicas. En nuestro pueblo el grado de accesibilidad para circular por las aceras deja mucho que desear.
Cualquier persona que se de un paseo desde el barrio de las Eras hacia la Plaza, desde la Ermita de San Roque hasta el cruce del Soto o incluso hasta el final de la Corredera puede comprobar que en cuestiones de accesibilidad es una autentica carrera de obstáculos. Sirva como ejemplo la coleccion de fotos que se adjunta. Un anciano con un bastón o muletas, una persona con cualquier minusvalía, un carrito de la compra o un cochecito con un niño no consigue avanzar muchos metros sin tener que realizar maniobras dignas en algunos casos de la ayuda de Jesús Calleja por la altura de las aceras. Lo más llamativo es que incluso no sólo en los cruces de las calles existe este problema, sino que prácticamente todos los pasos de peatones carecen de rebajes de aceras (con la excepción de la Plaza del Negrillón). La obra puede ser acometida perfectamente por el personal municipal y su coste no va mas allá que del propio material a utilizar.
No es un pequeño detalle. Cualquiera que pasee por el pueblo se habrá dado cuenta de la necesidad de solventar este problema. ¿No hay urgencia para esto? Pues parece que no.
Los 80.000 euros invertidos en la reparación de aceras hace un año se olvidaron de estos "detalles"
Los 36.000 euros que el Ayto invirtió para la construcción de un ascensor en el edificio consistorial permitirán acceder a las personas a la parte superior fácilmente, pero con que seguridad va a llegar la persona que necesite utilizar ese ascensor al Ayuntamiento?
